28 enero 2011

Déjà vu marino

Valparaiso con mi amor


Parecía que mi cabeza navegaba a la deriva inmersa en un mar de constante ruido urbano cuando un pitazo descolocó mis pensamientos. Un sonido que daba la sensación de ser forastero en su espacio y tiempo, como si no perteneciera a la realidad de ese instante.  Era el típico pitar que se siente en los muelles cuando los oficiales anuncian el arribo de un barco o cuando los marinos están próximos a desplegar sus velas. Fue entonces, cuando mis pies se alejaron del frio cemento y viajaron hasta el puerto más cercano pudiendo tocar la suave arena mojada de la playa. 

Recordé cuánto me gusta quedarme por horas sentada en un roquerío o en alguna orilla y perder mi mirada en esa delgada linea de luz que se produce en el horizonte cuando el mar juguetea con el sol o besa a la luna. Recordé cuando La Esmeralda descansa en Valparaíso, luego de su largo crucero de instrucción por diferentes países. Recordé paseos en invierno y verano con familia o amigos y alguna de las escenas de la película "El último grumete de la Baquedano" sintiéndose aún más fuerte y claro el provenir de ese pitazo  que sonaba junto a los acordes de la canción "El Navegante" de Eduardo Gatti. 

Al abrir los ojos me di cuenta que lejos de estar en el puerto, el escenario era mi habiual Santiago en el regreso de mi jornada laboral y aquel sonido tan particular que provocó mi déjà vu marino, había sido gracias al timbre de la micro que sonaba cada vez que alguien se quería bajar en el paradero. Durante la cuadra y media que camine para llegar a casa, me quedé pensando en lo mucho que me hubiera gustado caminar si, pero por alguna de las calles que desembocan en el mar, aquel oasis de calma y tranquilidad, que tanto me gusta disfrutar y hasta no verlo de nuevo, en cada pensamiento me gusta recordar.


Escrito por: Pau, La voz de una Gata
  Imagen: De paseo por las calles de Valparaíso, el verano pasado.

18 enero 2011

Mi sorpresa de reyes

Luces decembrinas

Parecía que el año que despedíamos se escapaba por los poros de mi piel debido al cansancio y las preocupaciones aún así, siempre el mes que faltaba por llegar me tiene reservado un último respiro. Millones de lucesitas se apoderan del espacio urbano que habito: edificios, casas, pasajes y plazas se visten con un nuevo esplendor, rodean árboles, balcones de departamentos, mamparas, vitrinas, jardines y más. Bailan entre ellas como si escucharan villancicos silenciosos, arman estrellas, velas, copos, venados u otras figuras hasta ver de nuevo pinos y pesebres en living, pasillos o fachadas que llenan de luz y color, uniéndose unas a otras como sabiendo que su destello es especial, ya que es portador de la buena nueva que pronto vendría. Sin duda la Navidad es una de las épocas que más me gusta celebrar y aunque pueda parecer un torbellino con todos los preparativos que ella significan, en mi corazón es un oasis de calma junto a la familia y seres queridos que con fe, fortalece mis sueños  y esperanzas para enfrentar el calendario venidero.
Pero la magia no terminaba ahí, cuando parecía que ya había recibido todos mis regalos en Nochebuena, los primeros días aún nos preparan para recibir una sorpresa. En Enero, una noche de miércoles luego de tomar un nevado y un campesino con mi amor en el Juan Valdez café donde nos enamoramos, regresamos a casa caminando y lentamente pudimos observar como la arboleda de calle Pedro de Valdivia se iluminaba majestuosa, como si aquella estrella de Oriente que anunciaba al niño, hubiera caído del cielo y en su paso dejara un enorme destello de luz, un tunel estelar a nuestro paso que nos maravillaba, me sentía feliz y más aún, cuando abrazada a mi amor escuchaba sus intensos latidos mezclarse con los míos en un beso.
Fue la fiesta de Reyes más linda que he tenido hasta ahora.
 
Escrito por: Pau, La voz de una Gata
Imagen: Tomada por mi, con el celular de mi Goffys
El balcón de mis ojos de Gata© 2008-2011

Todos los derechos reservados Safe Creative #0904113036164

 
©Suzanne Woolcott sw3740 Tema diseñado por: compartidisimo