Anoche, leí un tweet de @Twiterillo que decía que cerraba la última fábrica de máquinas de escribir del mundo, entonces los recuerdos se apoderaron de mi mente.
Cuando tenía como diez años mi mamá trabajaba como secretaria en la Asociación de Empleados de Impuestos Internos A.N.E.I.I. como no le gustaba que yo me quedara sola en casa cuando mis hermanos salían o llegaban más tarde, entonces me iba del colegio a su oficina y estaba el resto de la tarde con ella. Nunca he sido muy complicada para entretenerme, así que me sentaba en una mesa enfrente de ella con su máquina de escribir e imaginaba que trabajaba como ella, me hacía sentir grande. Escribía lo que pillaba, hojas de la oficina, mis tareas, libros, etc., lo
entretenido era teclear y si te equivocabas lo solucionabas con la cinta de tranferencia que para mi, era un papel pequeño en blanco encima de la hoja en que escribías y tenías que marcar la letra que debía ser y así se borrabas la que por error pusiste, lo divertido era intentar achuntarle a la letra porque en medio le pegaba a mis dedos inexpertos a diferencia de mi mamá que cuando ella escribía lo hacía veloz.
Son sonidos tan propios de este invento, el sonido del rodillo al enrollar o desenrollar la campanilla que repica cada vez que cambiaba de línea y con la mano movía el carril de derecha a izquierda
Luego apareció la máquina de escribir electrónica cambiando un poco la forma de escribir. Una pequeña pantalla mostraba como se vería la línea y al aceptarlo se escribía en el papel. Ese tac tac separado se transformó en un chic chic chic más silencioso. Se veía mejor y aunque una vez usó una que le prestaron, era costosa tenerla en casa. Me acordé que en la pieza donde tengo mi tablero de dibujo, de cuando estudié diseño, esta guardada mi máquina roja marca Disney, me regaló mi mamá para utilizarla en el colegio y que sirvió para mis primeros trabajos del Instituto. Con el correr de los años todo ha cambiado y hoy escribo este post con mi netbook, pero ya sea en éste o el pc de
escritorio las teclas se sienten, pero ya no con ese característico tac
tac tac que me recuerda mi infancia, mi mamá tampoco la necesita para su trabajo y ni hablar de
usar ella el computador. Nos modermizamos para escribir la mayoría, aunque hay muchos escritores y lugares públicos como las notarias que las siguen utilizando.
Escrito por: Pau, La voz de una Gata
Imagen y parte del texto: Tomado del post El recuerdo de mi primera obra de mi otro blog ya que está escrita con la máquina de escribir de la oficina de mi mamá.
Sin ronroneos
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